La Valentía de ser




La Valentía de Ser

A lo largo de cada instante de nuestra existencia nos encontramos con muchos objetivos, planes y metas por cumplir. Absolutamente es cierto que el cumplirlas puede ser difícil, pero el ser intrépido y tener el valor suficiente para lograrlo es lo que hace que cada persona se forje cobre los pilares indestructibles de la valentía.
Intentar algo, aunque no se obtengan los resultados deseados es mejor que no haberlo hecho. Sobre todo cuando es un imposible para algunos, puede ser un posible para un soñador en el mundo.
La dificultad de estas acciones y su grado recae fundamentalmente en la mentalidad de cada persona. Y puesto que no todos pensamos de distinta manera, esta percepción es diferente en cada ser humano, hasta lograr una diversidad de opiniones. Lo cual es beneficioso, ya que si no hubiera alguien que recoja la toalla del suelo para seguir con lo que otro dejó, no habríamos llegado hasta los umbrales del Siglo XXI. No obstante, a lo largo de la historia, estas personas han sido perseguidas por la ley, ajusticiados por causas que ahora son algo ilógicas pero entonces eran totalmente plausibles.
En ocasiones, la mentalidad extremista o no abierta ha logrado que una presencia de retroceso se haga aplicar en todos ámbitos de la sociedad.
Otros en cambio, simplemente se tapan los ojos y se dejan llevar por lo que dictan los demás, un método se sometimiento a la no verdad, que durante mucho tiempo estuvo presente. El conocimiento es poder, y el saber es pensar por sí mismo. Con eso, alguien puede soñar con otra realidad que quizá sea mejor que la actual.
El tiempo, la sociedad, y la gente influye significativamente en todo esto. Pero si no existiera gente que quiere llevar la contraria y luchar por aquello que cree justo, no se habrían superado todos estos dogmas y por consecuencia, seguiríamos en las sombras de la ignorancia.
Llegar al fondo de la verdad y conseguir algo que se desea solo se consigue defendiendo su creencia. Demostrándola al mundo, difundiendo sus resultados y si la teoría no es comprobada con éxito, al menos se hizo un intento. El cual nos sitúa más cerca de la verdad.
Desea y conseguirás.
Lucha y vencerás.
Sueña y será...

Azul


Azul

Contemplaba atónito mi propia desesperación. No podía expresar palabra alguna y mis gritos de auxilio permanecían silenciados por el frío universo azul que ante mí se presentaba. Agua y más agua.
Los presentes no hacían nada. Mientras yo estaba sumido en la más absoluta penumbra de la inquietud, tristeza y ante todo miedo.
¿Qué sería de mí? Me preguntaba una y otra vez. Sin respuesta, y luchando contra aquella tiniebla fría, continué mi esfuerzo por salir. Por vivir.
No había ayuda; y si la había no me la prestaban. Sumido en mi sombra, sumido en mi pesar, de la humanidad, una vez más… únicamente decepción.
Finalmente salí, por mi propia mano. Sin el socorro de nadie. Solo. De nuevo ante la luz del sol.
En momentos como ese, te das cuenta de que únicamente estamos a merced del destino y si no te salvas tú, nadie lo hará por ti.

Secreto


Secreto

Y mis ojos son un misterio,
enigma indescifrable,
parte del secreto.
El cual con deseo, quieres saber.
No podrás averiguar,
lo que mi alma no desea revelar,
o lo hará para entrar
en tu piedra angular.
Corazón secreto,
ojos secretos,
alma secreta,
y cargada de misterio.
No puedes quitarme el velo,
no te dejaré hacerlo,
al menos de momento,
una palabra, bastará una palabra solo.
Para que la máscara se vaya,
y puedas ver,
el esplendor de mí ser.
Descubrir mi alma.
Detrás de estos ojos,
que todo lo ocultan,
tras estos cabellos,
sabrás donde está.
Una verdad,
eso encontrarás,
la realidad,
que no puedes ver.
El frío invierno,
ardiente nieve
que sobre mi vida cae,
eso es lo que veo.
Las grandes tormentas,
las grandes batallas,
solo eso, solo aquello verás.
Hasta el día, mi partida.
La verdad, oculta,
como el secreto,
al alba,
quedará siempre oculto.


Sonata de Invierno


Sonata de Invierno

Y esta cálida sensación,
llena de la más grande pasión,
llena mi cuerpo,
lo saca todo.
Este gran torbellino,
con mar en tormenta,
que lentamente se apaga,
hasta volver a salir.
Que triste,
triste, triste,
que la nieva caiga,
y tú me olvides.
Cuando no estés,
recordarás los fríos abrazos
y la amargura de mis labios.
Los cuales te quisieron,
y lentamente mataste.
Copo a copo,
cae la nieve.
Que triste pesar.
Olvidarte no puedo,
y recuerda,
que donde quiera que
vaya el viento.
En la suave brisa,
resonará tu dulce aliento.

Claro de Luna


Claro de Luna


La gran dama se acerca,
llegará temprano.
Llegará y rápido se irá,
llevándose consigo al cielo.
Azul y amarillo,
que nunca volverá a brillar.
Quedará el recuerdo,
lo único que mirar.
Un mar de lágrimas,
un cielo sin color,
un día sin sol.
Y nada sin nada más.
Ella imponente,
y nosotros tan débiles.
Es fuerte,
y no podemos resistir.
Habrá que partir...
De velo rojo,
como lágrimas de sangre.
De vestido blanco,
como la paz presente
que deja su recuerdo.
Y su rostro,
presente en hueso,
que cada vez siento
más presente.
Llegará y se irá.
Vendrá y se lo llevará.
Un último adiós dirá.
La luna es el preludio,
anuncia su llegada.
Se irá...
y nunca, nunca volverá.
En la inmensidad de la noche,
bajo el manto de la vida,
dejando un gran recuerdo,
un gran recuerdo,
de inmensa grandeza.


El Jardín Secreto



El Jardín Secreto

Abrí la puerta de los sueños,
 en la que solo vi un lugar.
 Vislumbré mi figura
 en aquella inmensidad.
 Qué feliz era,
qué triste puedo estar ahora.
 Aún recuerdo aquel
paraje de soledad,
 en el que solo yo estaba,
 y en el que solo puedo estar.
 Aquello terminó,
y mis ansias por descubrirlo
 nuevamente cobran intensidad.
 En medio de la noche,
 en medio de la oscuridad,
 aquellos días terminaron
 y yo, aquí estoy.
 Encerrado, como el triste
 pájaro que añora su nido.
 Como la luna,
extrañando su noche.
 Como el sol,
 extrañando el día.
 Como mis días pasados,
 que ya, por ventura divina,
 nunca, nunca volverán.
 El recuerdo eterno
 quedará.
Y el día, en el que vuelva,
 el día en el que beba,
 de esa fuente,
 en el oscuro jardín,
 donde habita un secreto fuerte.
 El jardín secreto,
 que yo, nunca vi.
 Extraño, extraño y extraño
 aquel recuerdo.
 Y el momento,
 en el que este mar traicionero
 no me separe de mi sueño,
 volveré a cuidar mi jardín.
 Como noble jardinero,
 que cuida de sus flores,
 estas flores, bellas flores,
 mis recuerdos.
 Aunque mis ojos lloren,
 aunque mis lágrimas caen;
 y aunque mi tristeza aumente,
 este pesar no será eterno.
 Porque aunque mi corazón
 este aquí, mi alma
 por la mitad partida,
 siempre, estará allá...